sábado, 3 de diciembre de 2011

Mañana es sinónimo de un día menos. Ayer es el recuerdo de lo que fue y ya no será. Y el hoy es tan efímero que lo único que puedes hacer es poner tus sentidos para guardar en la memoria un tiempo que automáticamente se convertirá en pasado. Porque la vida es ver como en un abrir y cerrar de ojos el ahora se convierte en antes, y el después en ahora, para sucesivamente ir dejando todo atrás. Nos enfrentamos al tic-tac conscientes de que somos indefensos ante él, y aún así nos empeñamos en cargar a nuestra espalda el dolor que supone un tiempo que se nos va, un libro que nunca tendrá segunda parte o un punto y final que estamos obligados a escribir. Y poco a poco olvidamos que por mucho que lo intentemos es imposible volver al pasado, o cambiar el sentido de las agujas del reloj, borrar los errores que cometimos, o revivir un momento en el que nos gustaría habernos quedado para siempre.

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